En España, ya sea invierno o verano, siempre hay hermosos días de sol que nos hacen correr para ponernos un poco de color y garantizar ese bronceado espectacular. Pero cuando se trata de la exposición al sol, necesitamos cuidar la piel para que siempre se mantenga hidratada y saludable.
Pero antes de salir corriendo a la playa, recuerda que algunos pasos son fundamentales para que consigas un bronceado perfecto sin poner en riesgo la salud de tu piel. ¡Mira nuestros consejos!
preparar la piel
Para conseguir un bronceado perfecto, prepara bien tu piel. Para ello, nada mejor que una buena exfoliación. Ayuda a eliminar las células muertas, activa la renovación celular, tonifica la piel y mantiene el bronceado uniforme y por mucho más tiempo.
Pero recuerda: nada de exfoliación antes de tomar el sol. Hazlo dos o tres días antes para que la piel tenga tiempo de regenerarse y evitar posibles irritaciones.
renovar la piel
Para un bronceado saludable, una dieta rica en antioxidantes lo hace protegido y capaz de combatir los daños causados por los radicales libres de los rayos UV. Por eso, ten siempre en tu plato porciones de azafrán, avena, aceite de oliva, cítricos y frutos rojos.
El betacaroteno presente en los alimentos ayudará a mantener el bronceado más bonito. Para obtenerlo, aumenta el consumo de alimentos anaranjados y amarillos, como calabaza, zanahoria, mango, acerola, entre otros.
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Protección de la piel
Como un bronceado perfecto requiere exposición solar, es recomendable utilizar un buen protector solar -al menos SPF 30-, aplicándolo media hora antes de la exposición. No olvides renovar la aplicación cada dos horas o después de bañarte en el mar o piscina.
También es importante exponerse al sol solo durante las horas seguras, evitando el sol entre las 10 am y las 5 pm. Procura moverte y cambiar de posición de vez en cuando para evitar quemaduras y conseguir un bronceado uniforme.
Otro consejo importante es dejar reposar la piel. Las exposiciones diarias, muchas horas al día, son terribles para la salud de la piel. Unos días para que la piel descanse y reciba la exposición solar de forma saludable son fundamentales.
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hidratar la piel
Para una piel sana y bien bronceada, nada es más importante que mantenerla bien hidratada. Además de usar constantemente una poderosa crema hidratante, ¡es absolutamente obligatorio beber mucha agua! Funciona como un humectante que actúa de adentro hacia afuera, mejorando la protección.
Para asegurar un tacto aterciopelado y un bronceado perfecto, intenta beber al menos ocho vasos de agua al día. ¡Los jugos y las frutas también son bienvenidos!
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cuidar la piel
Después de la exposición al sol, es necesario reparar y nutrir la piel. Lo mejor es utilizar un dermocosmético específico para calmar la piel tras la exposición solar. Esto evita que la piel se pele o descame y prolonga el bronceado.
En el día a día, apuesta por cosméticos que contengan vitaminas C y E en su composición. Son excelentes para proteger la piel contra la acción nociva de los rayos solares.
Después de la ducha, lo mejor es usar y abusar de cremas hidratantes concentradas y evitar llevar ropa muy ajustada que no deje respirar la piel.
